martes, 4 de agosto de 2020

DAVID BOWIE. "Earthling" (1997)



Como te echamos de menos David. Desde que tu estrella se apagó nos quedamos en una penumbra eterna que de vez en cuando se ve sacudida por brillantes asteroides que como vienen se van.  Que gustazo da recuperar este pedazo disco. En plena época de ebullición del trip hop, el drum and bass y la música electrónica, nuestro Bowie se sacó de su sombrero un pedazo de cancionero que desde el inicio con la impactante "Little wonder", deja muy a las claras quien manda aquí. 

Primer disco autoproducido desde que sacará "Diamond dogs", en 1974, "Earthling" es una maravilla de disfrute instantáneo. Una de las múltiples máscaras del camaleón para seducirnos con su impactantes canciones que beben de los sonidos de su tiempo, superando a todos ellos ("Looking for satellites"). 

Reeves Gabrels (productor) y Bowie se las pergeñaron con una técnica que ya usaron en su anterior trabajo "1. Outside", grabando distorsiones de guitarras al teclado de un sampler. El resultado lo puedes oír tu mismo. "Battle for Britain (the letter)" es dúlcemente industrial y "Seven years in Tibet" la más calmada del disco, es sólo el anticipo de lo que nos vamos a encontrar en esa bailona rompepistas llamada "Dead man walking".

La varita mágica del maestro estaba en pleno funcionamiento. El artista más grande que ha habido en la historia de la música moderna, el que anticipo modas y músicas, el que rompió fronteras, nos entregó un corpus de tema para ponerlos a todo volumen ("Telling lies") y para gozar en noches de neones y amaneceres borrascosos ("The last thing you should do"). 

La mejor, "I'm afraid of Americans" se acerca a Nine Inch Nails, seguidores como tantos otros de las dádivas del gran maestro. Acaba el disco, con "Law", otro bombazo de drums and bass con guitarras saturadas y teclados que sueltan chispas. 

"Earthling", uno de los discos más infravalorados de Bowie, que en estos tiempos que corren debería hacer explotar más de una equipo de alta fidelidad. Sin palabras. 



3 comentarios:

Gonzalo Aróstegui Lasarte dijo...

A mí también me parece un gran disco, pero creo que no somos muchos los que así opinamos.

Saludos.

manolo.dj dijo...

Estoy de acuerdo contigo y con Gonzalo en su comentario. Y me atrevo a dar un porqué: hoy en día cualquiera se permite hablar de Bowie sin haberlo conocido ni mucho menos con un mínimo de profundidad. Y claro, opinar de alguien tan grande a la primera de cambio siempre deja cabos sueltos y pistas de donde tirar. Estos "escuchantes"... ¿qué nos van a decir?¿acaso el tópico de que "Ziggy" es la leche o que su carrera tras los 70 tuvo altibajos....??
Bah, quienes amamos a Bowie y escudriñamos su legado desde hace años sabemos de su grandeza en tantos y tantos perfiles, a cual más brillante, y efectivamente, este disco es tan grandioso como singular, deslumbrante y atrayente como el solo, más cuantos más años pasen...
Gran entrada Carlos, siempre he sabido de tu admiración por este gran genio, pero me ha flipado leer tu catalogación como el más grande en la historia de la música moderna. Cuánto ha ganado el Cielo con la llegada de David...

Feliz verano.

Carlos dijo...

Hoy tengo puesto de musica de aviso del whatshap "Survive", tema de ese otro pedazo de disco de Bowie que fue "Hours". Ya pueden enviarme muchos whatsap que hasta que no acaba de sonar el tema no lo paro. Se me pone la piel de gallina. Amigos Gonzalo y Manolo, nosotros lo que participamos en este difrute que fue la obra de este gran artista, no nos detenemos como bien dice Manolo, en lo que todo el mundo dice y escucha de David. Vamos mas alla, porque no le llamaron camaleónico por azar o por disfrute de algún crítico que se saco de la manga el termino. Así era Bowie. Alguien que marcó estilo, que puso la tiza en la carretera, un outsider como no la ha habido. Buen verano amigos, y que no pare jamás de sonar la música.