No hay nada como empezar un domingo ahora que la pandemia nos ha dado un leve respiro con la escucha de este potente disco de Doctor Divago. Suena la primera canción, ese himno con distorsiones melódicamente tratadas llamado "Sola la mitad de la mitad de mi" y se crea una alegría a la par que esta primavera que ya nos esta trayendo calor que atrae el sofoco.
Y que decir ese homenaje que dedican a Gracia Imperio, una vedette que falleció en su piso con su compañero de viaje de lo que parece fue un suicidio de amor. Vibrante y tierno a la vez, Manolo Bertrán y sus chicos no nos dan respiro, y "Debilidad" se nos muestra como una parada en la fábrica de las canciones que tarareas sin darte cuenta.
Qué tarde conocí a los valencianos y como estoy disfrutando de toda su discografía tan necesaria por el trabajo que rezuma, por la garantía de calidad que nos ofrecen en cada uno de sus trabajos. "Ni una pizca de tu amor" son vitaminas de power pop para disfrutar y "Sonaba Julio Galcerá", con esos teclados que dan pie a esas narraciones a las que nos tienen acostumbrados y que siempre flipamos con ellas.
"La deriva continental" es para viajar hacia espacios exteriores de descubrimientos colosales y "92 horas", la más rabiosa del lote, y esos coros tan de otro tiempo, te deja el cuerpo como para pedir un vermut. Qué grandes.
Que bonita y acaramelada es "Una vida plena" y que líricos de vuelven en "Un argumento tan malo". Lo dicho, Doctor Divago es una medicina que siempre te cura algún mal. Volver a sus trabajos es encontrar satisfacción y buen rollo. Voy a tomarme algo que esto hay que celebrarlo....
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