Con este disco acabó la carrera de este delicioso grupo que desde mediados de los 90 nos regaló postales de indie pop ligero, suaves como una caricia de viento, racha de palabras que se mecen con un poso instrumental que se sustenta en la voz de Andrew Kenny y en su colegas que repartían pinceladas de suavidad para gozar.
"Born on the cusp" es un ejemplo de como se apañaban para urdir esos climas cálidos, sirviéndose de una sosegada concreción de guitarras cristalinas y tenues sonidos para bogar entre mareas ("Inmaculate Heart I").
Cuando quieran se acercan a la psicodelia ("Cool kids keep"), pero lo suyo era trabajar en un campo donde el estanque refleja la vibración que produce gemas como "She's half ". La gran sorpresa del disco y por lo que serán recordados, es por incluir una versión de Codeine, "Jr", llevándola a sus coordenadas de paz de campo, de vencejos siguiendo la dicha de viento. La releche.
"Play hurt" es un pedazo de distorsión que te atrapa y "(Theme from) everythings ends" es otra especulativa creación de sonidos que sobrecogen. 6 discos avalan su carrera, seis discos que son todos un placer, que convidan a la intima reflexión, que se posan en tus tardes de escucha por su calma necesaria.
Oyes "Sharp briar" y la casi shoegazing "The green green grass" y no puedes más que repartir sonrisas por el buen rollo que producen. En ese domingo que se acaba, cuando fuera la tormenta hacen volcar los nidos de los gorriones. American Analog Set suena como un paseo sin fin, como un susurro que acaba siempre en nostalgia.
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