jueves, 16 de enero de 2020

THE VAN PELT. "Sultans of sentiment" (1997)


Si hay una banda que puede quitar a Sunny Day Real Estate el trono del emocore, esa es The Van Pelt. la banda liderada por Chris Leo, con sólo dos discos en su carrera y con temas tan irresistibles como la emocionante "The Good, the bad, and the blind", (canción que puedes escuchar cien veces y el cuerpo te pide otras cien), consiguieron hacer del drama y la lentitud, de las guitarras y la melodía un todo, un conjunto repleto de gemas para disfrutar.

Antes habían sacado "Stealing from our favorite thieves"  y ya nos quedamos con la boca abierta, pero este "Sultans of sentiment! es algo más. Tiene un alto poder adictivo ("Nanzen kills a cat" y "Yamato (where peopley really die)" son muy buena prueba de ello).

En otras composiciones se acercan al indie rock de la época, pero siempre con ese curiosa manera de arrastrar palabras de su cantante, junto a una predisposición del grupo por arañar cielos con estridencias de esas que te hacen aullar como la rutilante "My bouts with pouncing".

Pero cuando más te noquean es cuando emerge de la profundidad ese bálsamo para fiebres altas compuesto por un buen armazón de emocore de ese que llega a las ortigas de tu corazón. Después de muchos años sin escucharlos, he vuelto a rendirme sin paliativos a "Don't make me walk my own log" y su cristalina suavidad que te arrulla y te mece, que te alienta y te hace dar brincos de brío y silencio a la vez.

"The young alchemists" cobra fuerza por su especulación sónica, por el escondite de sus guitarras, que pedealean sombras y aguaceros, por la literatura musical que transita y la ola majestuosa de su poderosa intensidad, Otro himno para grabar con fuego, "We are the heathens" otra letanía de esas que encunbran grandeza, que te pide vatios y galimatías, luces funestas y racimos de sugestión.

"Pockets of pricks" y "Let's make a list", navegan sobre el mismo proceloso mar de levedad e introversión, narrando historias, mientras que el musgo de la distorsión apenas levanta los pies del suelo, para terminar este viaje con "Do the lovers  still....." , la más larga del trabajo, resumen de la bella indolencia que recorre cada surco de este gran disco.

En 2017, se volvió a editar, para regocijo de fans y sorpresas para los que aún no habían quedado prendados por el suculento oficio de estos muchachos que merecieron mejor fortuna en los años de su vida musical. Nunca es tarde para engancharse a ellos.



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