Mishima siempre será uno de los grupos más emocionantes que tenemos por estos lares. La banda de Barcelona comenzó su carrera discográfica con "Lipstick traces" en el año, 2000, y este "Trucar a casa..." fue su tercer disco. Ya olvidaron el inglés de sus principios (salva la excepción de "Every second"), para hacer del catalán una lengua repleta de margaritas y nubarrones que sudan escozores de ojos.
Y es que no puedes más que rendirte cuando das al play y te posee "Un altre divendres", con su ternura que se va a romper, con su delicado movimiento de tierras internas que te dejan apaciguado y repleto de sueño. "Em dius adéu", es acústica hasta el dolor y "L'ombre feixuga", una de las mejores composiciones del grupo de David Carabén y sus colegas, te deja henchida el alma de gotas de rocío.
"L'estrany" parece sacada de un disco de Dominique A, y "El moment que no surt mai a les cançons" te deja perdido en un túnel donde la noche amenaza a los días, a las caricias infundadas, al breve mosaico de la melancolía. Sigue "Miquel a l'accés 14" , una entrañable canción de pop que te sube el ánimo, que te enzarza en bonhomía para en "Una vida tranquila" sentir el frescor de un otoño de pianos clarividentes, de lujos de andar por casa.
Luego "El record que no has cridat" y "Sant pere" ponen el punto final a otro de esos trabajos que se pasan en un refilón de deseos, en un cantar las cuarenta a tus urgencias vitales por hallar en la música un medicamento ante tanto hastío y nubarrón.
Mishima, que grandes. Voy a ponerme deberes este verano, empaparme de su directo "Ara i aquí (en directe)". Ellos lo merecen.
1 comentario:
Qué bueno, Carlos. Que estos 'indepentistas' nos sigan ofreciendo su música.
Publicar un comentario