No ha podido ser mejor la vuelta de Pedro the Lion. El proyecto que desde finales de los 90 David Bazan tiene para engatusarnos con himnos de indie rock y slowcore, vuelve después de que bajo su nombre sacará "Care" (2017).
15 años han pasado desde que sacarán su último trabajo Pedro The Lion, "Achilles ' Heel", y la verdad es que se han fortalecido con un cancionero de esos que quitan el hipo. Canciones sencillas que te ponen la piel de gallina ("Yellow bike"), enormes progresiones melódicas de esas que te tocan la fibra y te piden subir el volumen ("Clean up").
Así es "Phoenix", una amasijo de tracks para soñar y para recuperar de tu memoria a bandas como Built yo Spill, American Football y otros cautivadores de emociones ("Clean up"). Porque lo suyo funciona buscando lo básico. Y lo básico es romperte el corazón como en la extraordinaria "Powerful taboo".
"Model homes" es otro tiro en el aire de slowcore tristón y a la vez terriblemente vitalista. Y es que estas 13 joyas se merecen escucharlas muchas veces para que se prendan en la asignatura pendiente de tus recuerdos añejos renacidos por una rutilante forma de agasajarnos con mimo y cariño ("Circke K").
Hasta parece que el espíritu de Buffalo Tom surca las garras de un disco de esos que deja huella ("Quietist friend"). "Tracing the grid" se embarca en silencios que no se rompen jamás y "Black Canyon", quizás de las más redondas del álbum, es otra maravilla de esas que te hacen poner en pie.
Para el final, al arreón de distorsión de "My Phoenix" y el ocaso triste de "Leaving the valley". Todo bonito, hermoso, cautivador, especial para alergias primaverales y estados anímicos falto de rubores y esencias musicales. Pedro The Lion. Joder, si hasta el nombre del grupo es evocador. No hay que perdérselo.
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