martes, 16 de abril de 2019

MONO. "Nowhere now where" (2019)


Grabado bajo la batuta de Steve Albini, el décimo disco de los japoneses Mono,quizás sea el más ruidoso de todos, el que más se enervan con las guitarras en un torbellino de esos que sabes que van a destripar los cristales de tu casa.

Y eso que empiezan tranquis con la introducción de "God bless". Pero en la segunda del disco, ya tienen el percutor preparado, los aullidos dispuestos para temblar racimos de bombas de incontención ("After you comes the flood").

Oyendo "Nowhere now where", bandas como Mogwai o Goodspeed Speed Your Black Emperor, se quedan pequeñas. Porque la propuesta de los nipones es brutal. Cuando se ponen líricos te dejan echo una mierda, ("Breathe), y cuando saltan desde el paracaídas del ruido más brutal, post rock sin prevaricación (la que titula el cd), te dejan los oídos como serpiente de cascabel de sordera.

Goto y Yoda, lo dos guitarristas que se encargan de encumbrar los aullidos de la desesperación, tejen molinos de ribetes de luces que son encomiables trajines de devastación, en himnos como "Sorrow" donde se ve a las claras la potencia que Albini ha logrado crear bajo sus controles. Suenan limpios, explosivos, actores en un teatro de marionetas donde los instrumentos viven en la noche de las irupciones definitivas.

"Parting" con su piano, es el punto tierno de un disco que es una apisonadora, un muro que tiene su climax total en "Meet us where the night ends", puro post rock avasallador. "Funeral song" y "Vanishing, vanishing maybe", ponen el epitafio del disco más logrado de esta banda que tiene por bandera urdir remolinos sentimentales de fiereza eléctrica, mapas sonoros donde el exceso y la poesía viven un matrimonio de lamentos de sueños, de voluntad de amor.




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