Pete Astor no es nuevo en esto y se nota. "Auction of promises" es una oración poética de encantamiento y "The Villagers" te acaricia desde la voluntad primordial del disco, de conseguir canciones de esas que te acompañen en un viaje por la campiña. Tierna y sin artificio es "Cuckoo hill" y en "Count the cars" es cuando más se aproximan a ese minimalismo naif de los desaparecidos Penguin.
"The plaga walk" es un vals de urbes sin coche y "Swords reversed 2" es otra pincelada de colores cielos, donde los instrumentos desfilan en progresión geométrica de calma. Bonita y sin pretensiones son canciones tan elegantes como "Building a table" y "Dark lane", para entrar de lleno en "The waveney waltz" en otro galimatías de folk arrullador.
Luego nos engatusan con los juegos vocales de "Summoning the pharoah" , para acabar la aventura con la delicadeza especial de "The orchid". Ellis Island Sound. Música para escuchar el domingo tras comer. Un ordenada y sugerente colección de sonidos para bien arrullarte.
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