Con "Sweer heart fever" dió Scout Niblett pistoletazo a su carrera como electrificada dama que sigue la corriente necesaria de PJ Harvey, Patti Smith y otras malabaristas de esencias roqueras. Este primer largo navega entre los ritmos lofi, con las guitarras enlatadas en un paz fictia, y sacudidas de feedback hábilmente controladas para no salirse del mapa sonoro que la inglesa dibuja en cada track.
"Into" es pura catarsis, con la batería detrás ejerciendo de barítono del peligro. "Dance of Sulphur" es una reliquia que te seduce con sus constantes parones que perfilan una tormenta que nunca aparece, que sólo se presiente.
Kistian Goddard a las baquetas se les apaña de maravilla para festejar la luz infinita que destila todo este disco, su aportación calibra a la perfección los humores tristes de esta actriz de los infiernos eléctricos ("Wet road").
"Advice", clónica de PJ Harvey, cadencias incluidas, calaveras en un estomago preparado para ácidas glotonerías de gas pétreo. Las canciones de Scout Nibblet cabalgan a lomos de una fiebre que no llega a la devastación pero si a la exploración de lado salvaje de los sentimientos.
Tan sólo con su voz en "Ground breaking service" consigue cauterizar las heridas y con "The Sun and I" te noquea por una oscuridad donde se pasea el peligro, donde se atisva la imperiosa necesidad de huir de todo.
Ahora que nacen nuevas herederas de PJ Harvey (Anna Calvi), no está de mal que recordemos a esta artista, otra más en la lista de perfora corazones.
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