Los alemanes Can, (ya sabes, la leyenda del kraut rock), se alejaron del hermetismo de ese grandioso disco que fue "Tago Mago", y se volvieron un poquito terráqueos en sus formas, sin olvidar que sus mentes y sus músicos vivian de peregrinación en algún planeta lejano. Damo Suzuki, y la percusión majestuosa de Jaki Leibezeit, consiguieron hacer desde la experimentación un puente para transitar en otras coordenadas para chuparte los dedos.
"Sing swan song" es puro antisinfonismo, reclutando sonidos desde atmósferas atrapantes, excitadoras. "One more night" es un caos dulcemente controlado por esos majaretas músicos, zappianos en su voluntad de escrutadores de orbes sísmicos, que dejan boquiabierto al más pintado.
"Vitamin C", me parece casi una premonición de lo que pudiera ser 20 años después el mathrock. Sincopados, seminales, abrasivos dentro de su prudencia orate. ¿Y me que cuentas de los 10 minutos de "Soup" y de su mezcla de jazz-funk?
Miremos pues atrás, mucho atrás, cuando la decepción y la añoranza nos pida recoger algo más que medianias inservibles. "Ege Bamyasi", sí que es independiente. Quema y reconforta, y en cada una de sus canciones puedes vislumbrar los caminos bifurcados de la música que oímos en la actualidad. Enormes.
2 comentarios:
Lo descubrí hace relativamente poco tiempo y a fecha de hoy creo que me gusta más incluso que el "Tago Mago". Saludos, Carlos.
A mi me ocurre como a ti amigo Johnny. Me atrapa más, tiene canciones más absorventes. Saludos
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