De Nueva Orleans viene este viejo brujo, que desde finales de los 60 tiene esa barita mágica que hacen convertir el funk, el blues, y los ritmos más primitivos en una excusa perfecta para volver a la cueva, para retrotaernos en el tiempo hacia edades donde el sudor y lo salvaje se daban la mano, cuando genios como este vuduista se las apaña para hacer pócimas de sonidos que te dejan gaga.
"Locked down" (que cuenta en la producción con Dan Aurbach de Black Keys) es un compendio de otros modos de vivir la música, de despellejar con estallidos funkies la caja de pandora de los truenos del ritmo. La que titula el ritmo es eso y más con su funk setentero que en "Revolution" se convierte en un apasionante soul decorativo de anginas rotas.
"Big shot" es puro galimatias r&b y "Iceage" es ardiente, descorchando botellas sin parar en algún lugar cercano donde Tom Waits pararía para fumarse unos cigarros con este doctor que hace todo lo posible para que nuestras almas vivan condenadas en el dulce infierno.
Luego esta la danzarina "Getaway", para rondar pasacalles con los ojos ebrios tormentos y como no, la casi blues explosion "Kingdom of Izzness". Y es que escuchando a Dr. John (este disco ha sido mi primera parada en su discografía y no la última) te das cuentas de donde ha venido el blues urgente del amigo Jon Spencer y toda la demás recua de forzados adoradores del ayer.
El sólo inicial de "You lie", blues-vudú despatarrado en rugosidades que levantan a un muerto, es otra manera para que caigas como yo he caído en el influjo maléfico de este Manson del funk blues.
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