Empiezan a sonar los primeros acordes de "Churchbuilder" y lo primero que se me vienen a la cabeza son Interpol. Y eso no está nada mal para comenzar. La banda británica con 4 trabajos en su haber, supieron tejer himnos de post punk rabioso (ojo con la emocional y dramática "What the body wants, the body gets").
Lo menos que podemos pedir a este tipo de combos es que desde la intensidad nazcan espacios donde lo oscuro se cruce con la épica de un desgarro, con la sincronización de las viejas referencias de los 80 junto con los nuevos aullidos nacidos de bandas más cercanas en el tiempo.
"Reserve formation" es otro de los puntos álgidos del que fuera su ultimo de sus discos, melódica y extraña, repleta de ecos de distorsión, una buena ronda de suspiros electrificados. Y evidente es en todo el metraje de este "National service", la influencia de Mark E Smith en su cantante Daniel Brookes, con esos recitados delirante ("Secession Day"), y que en "Holy cross" parecen ser como una mutación rejuvenecida de los grandes The Fall.
En la parte final de "National service", "Advice for men" y "King of discipline", minimales y marcianas, ponen la guinda a un viaje que todos lo que amamos el post punk disfrutaremos por su fuerza y por esa capacidad que tiene de recordarnos a esas bandas que tanto nos gustan.
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