Es curioso el tratamiento de este músico noruego de jazz que desde sus inicios dió a la trompeta. Desde que en 1988 debutó en solitario (antes formaba parte de Masqualero banda que grabó varios discos en el reputado sello ECM), lo suyo siempre fue la mezcla, la fusión de musica electrónica con el jazz siempre a su manera.
Molvaer siempre se quiso acercar (logicamente le queda bastante lejos) a la etapa de los 70 y 80 de Miles Davis donde el trompetista se abrió a nuevos caminos. "NP3", empieza como un tiro con la envolvente "Tabula Rasa", para al poco en "Hurry Slowly", sentir como se hace envolvente la tecnología de la música electrónica con los aullidos acompasados de la trompeta.
El caso es que a veces funciona su idea, y otra se queda a medio camino, produciendo sonidos para un club de gafapastas de verbenas casi ambient ("Marrow" y "Frozen", por mucho que se esfuercen de salir del paso no dejan de ser dos intentos pocos validos que se quedan en una repetición de los mismos mecanismos que los temas que dan inicio al álbum).
"Presence" es otra cosa. Aqui permane la sensación de ingravidez, de levedad, la mejor de todo el disco sin duda, con esa sucesión de calmentes sónicos, y esta vez si, con la trompeta llenándote de dichas y confort.
Y "Simply so" también cumple con las expectactivas aunque el final con "Little indian" meta un frenazo de lleno. Como toda la discografía de Nils Petter Molvaer, sus producciones se mueven entre la irregularidad, compaginando momentos de emotividad con otros (bastantes) de piloto automático. Nos quedamos pues con las buenas como no puede ser de otra forma.
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