En el año 1977, Half Japanese, la banda de Jad Fair, sacaron su primer disco. Y el año pasado editaron este recomendable "Crazy hearts" , donde se nota porque grupos tan influyentes como Sonic Youth o Nirvana, sacaron en su día a Half Japanese de ese anonimato forzado e inmerecido.
Y es que si un disco se defiende con canciones y no por la historia particular de una banda, cuando empiezas la escucha de un lp con dos pedazos de hits como son "The beast master" y sobre todo la melodia y adictiva "Wondrous wonder", no te queda más que quitarte el sombrero y vibrar emocionado con una tanda de sonidos de esos que quitan el hipo.
"Dark world" suena a art punk saltarín y juguetón y "And it is" con sus teclados rebosantes de frescura, te contagian por su nervios y vigor, sonidos de juguete que son pura catarsis de alegría. "Crazy hearts" se grabó en estudio de España, Francia y Estados Unidos, en medio de la pandemia, y la verdad es que el resultado final es todo un punto, sin altibajos reseñables, todo adecuadamente en su sitio.
"My celebrity" es psicodelia de baja intensidad y en "Late at night" rezuma de barroquismo triste, pasajes de bajón, reflexiones en voz baja, puro disfrute. La que titula el album es un caramelo de pop inflado con veneno característico de la voz de Jad Fair como moduladora de este experimento colosal que es la música de Half Japanese.
"As best you can" es extraña y tierna, y en "A Phantom menace", la más poderosa de todo "Crazy hearts", nos muestran sus aristas más sofisticadas, su sonidos más vigoroso. "Let it show" pone el punto final a un soberbio disco, donde asistimos con placer a la buena salud de un compositor, Jad Fair, repleto aun de muchas cosas que decir.
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