No es la primera vez que aperecen por estos lares Mount Eerie. Desde que conocí el trabajo de su lider Phil Elverum, no he parado de seguirle la pista. Y es que si algo caracteriza la música de Mount Eerie es saber ponernos la piel de gallina.
Tan sólo le basta las dos gemas iniciales, "Thought the trees pt.2" y "The place lives", para elevarte con su música recogida, ambient para mañanas grises, sonidos delicados que te hacen vibrar. En éste el que fuera su quinto disco, no te puedes quitar la sensación de levedad, de comprobar que ésta música funcionaría para esperar amaneceres ("The place i live").
"Lone bell" tiene ecos a Robert Wyatt cuando se desprende de la tierra para volatilizarse en éteres de ensueño. Vaya gozada. Como cuando suena "House sharpe" y esa electrónica de bajo octaneje que seduce por sus olas cadenciales de repetición.
En "Over dark water" se acercan al post rock para llegar a la que titula el cd, la más atmosférica del lote, la que más provoca ansia de elevación, tristeza envasada el vacío sin contemplaciones. "Yanning sky" y "(Synthesizer)", ponen el punto final a un exploratorio viaje por los confines de la delicadeza, un festín para los sentidos, música para el arrobo.
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