Como todos los discos de Geoff Farina y sus chicos, este "The Bed is the ocean" no iba a ser menos. Todo un elenco instrumental que se mueve con fluidez entre el jazz y el indie rock, siempre con desarrollos instrumentales de esos que te perforan los oídos, como la calidez que respira "There are ghosts" y sobre todo esa pasada llamada "The same stars".
Siempre fueron Karate una rara avis en una época que siempre había que buscar acomodo en tal o cual estilo. Ellos iban a lo suyo. No les importaba enfangarse en luchas rítmicas acelerando la distorsión como "Diazapam", poseídos por el espíritu de Buckley, o regalarnos tranquilos y bellos pasajes donde la voz de Farina te llenaba de asombramiento.
El cuarteto, en sus 7 trabajos que sacaron hasta que se disolvieron con el directo de 2007, "595", tuvieron la capacidad de sumergirnos con sus interludios musicales en una espiral de carantoñas compositivas, de sensibles paseo por sonidos de esos que te acogen sin pedirte permiso como ese petardazo llamado "Up nights".
Calidez que transpira "Fatal estrategies" o "Outside is the drama", donde de nuevo, trotando entre una rítmica repleta de melodía y señuelo, te ves contagiado por el festín de pulsaciones inflamadas que despedían.
Siempre es un buen momento para recuperar a Karate. En los arcenes del movimiento independiente, donde por la cañada de la transgresión, los sonidos exhalan caligrafía prodrigiosa.
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