sábado, 10 de octubre de 2020

JOSEF K. "The only fun in town" (1981)

 


Con sólo este álbum en su carrera, los escoces que tuvieron una efímera vida musical de tres años (entre 1979 y 1981), lograron que su sonido fuera todo una influencia para las bandas que vinieron a auparse como dignos miembros de esa élite oscura que fue el post punk. 

Y es que nada más que suena la inicial "Fun'n' frenzy", con ese nervio descontrolado, con esa agitación vocal, te entran ganas de sacar todos los disco de tu discografía de Magazine, Joy Division, PIL o Killing Joke y hacer un 24 horas de sombras retorcidas y guitarras afiladas. 

Paul Haig y sus colegas, estaban repletos de ideas y todas buenas. La melodía entraba como con un alambre y las canciones eran un petardazo de esos de degustación gozosa. Oigo "Revelation" o "Crazy to exist" y sé que David Gedge de Wedding Present tuvo a Josef K, como una de sus máximas influencias. 

Hasta cuando se acercan a los patíbulos lentos, se parecen a sus compañeros de generación, Joy Division, seguro socios de obsesiones y noches aciagas. "The angle" es obtusa y matemática, y "Forever drone" es casi punk desbocado. 

En "Heart of song" y "Citizens" juegan al punk funk, para acabar con el tema más famoso de su carrera, ese himno llamado "Sorry for laughing", puro desquicie. 

Josef K. Post punk seminal, paraíso de placeres confusos, sonidos de otras épocas que hoy lo degustamos con febril alegría.


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