jueves, 30 de julio de 2020

POINO. "Bon ick voyeur" (2014)



El sonido de Poino tiene algo especial. Algo que te engancha, que te seduce, que te sacude. Con tan solo dos trabajos en el mercado, el grupo del sur de Londres, fabricó 8 excusas perfectas para reinventar el mathrock, volando libres, sin ataduras, pellizcando el post punk, la música sin cortapisa, con canciones que se clavan, que te dejan aturdido a cada escucha. 

Las dos primeras del disco, "Bird trick" y "Special wrong", son una buena manera de engancharte a ellos. Todo suena brutal, experimentando con los instrumentos, jugando al escondite, fabricando razones para hacerles sugerentes e incuestionables. Sus temas a veces tienden acercarse a un jazz peligroso e intuitivo, ("Ienod"), y otras se lo pasan de lo lindo, en una especie de post rock que busca abrir fronteras en el género ("Pinking"), con su eco de extraña melodía que te corta el aire. 

"Bon ick voyeur" es un cóctel de sonoridades que te mecen y te llaman la atención. No hay paja en todo el disco. Lo único que te piden es un poco de paciencia. A la  tercera escucha, ya no podrás de parar de oirlos. "Burnt birthday" me tiene hechizado desde que la oí. Es la más bestia del lote, un pasote de elecricidad y fiebre de cuerdas que rugen y se callan. 

Luego otro trallazo "Doom fist", indómita, cercana al noise, adrenalina y peligro que da paso a "Lazy biotic", otra burrada que antecede a la mejor de todas. La oscura, enigmática, tranquila (hasta piano) "Terpsichordia", un extraño vals repleto de lugares para dormitar pestañas. 

Que pena que Poino ya no estén entre nosotros. Nos quedan sus dos discos, monumentos para la subversión. Vaya gozadón para el cuerpo.....



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