Sin duda estamos ante uno de los discos del año. Basta solo ponerte la introducción llamada "Empty towns" para intuir que a partir del segundo tema, se va a mover todo el edificio donde habitas. Y es que ya nos dejaron sin palabras este trío afincado en Alemania con su anterior trabajo, "Collider" (2018), y con este "Push", suben el listón un poco más, para llenarnos de adrenalina post punk, de rock de ese que nace para evocar apocalipsis. "Weather beaten" lo podía firmar Killing Joke. Te dejan sin palabras.
Ed Fraser a la voz, es un tormento que atrae pesadillas, que dirige a la banda por el lado más oscuro que puedas imaginar. "Push you out to sea" es como mezclar a Jesus Lizard con Swans. Una bofetada de ácido, un calentón de electricidad que se mete en tu cuerpo, que escupe espasmos, que fabrica lírica eyaculada.
"Loyalty" es angustiosa, recrea de una manera personal el paraíso negro del mundo de los cisnes, con sus espirales de peligro, con una rabia que mece bombas, con una pegada sin duda que te deja mudo, necesitado de más. "Rustly sling" es casi post metal y la mejor de todo ese lote la encontramos a continuación, con ese pedazo de céctel que es "Nobody moves & everybody talk", la más punk de todo "Push". La guitarra como un estilete, la banda engrasada en una perfecta maquinaria que en directo debe de sonar brutal. Sin palabras que se queda uno.
"It was important" es oscura hasta el fin del mundo, y "Paradise", te sumerge en un mundo donde todo esta destruido, donde no hay esperanza, donde el cielo lagrimea gotas de ácido sulfúrico mientras las rosas se envalentonan y piden agua de ron.
"Push", seguro que cuando acabe 2020, estará en el altar, donde residen los discos que dejan secuelas, donde las marcas en la piel del sonido fabrican esporas para aguantar el vaivén de la vida, sus urgencias y también sus incomodidades. Disco que engancha, que es necesario, que se escucha de un tirón. Heads. Apuntad el nombre. Esto es muy grande.
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