En 1979, sacó su primer trabajo en solitario, nueve canciones que parecen querer quitarse la sombra de Televisión, dando prioridad a la melodía y a temas cercanos a la new wave que en esa época predominaba en emisoras y ciudades.
"The grip of love" es el inicio de fuerte del disco que da paso a "Souvenir from a dream" con cierto aire Talking Heads. Sonidos de los setenta, a veces barrocos y engalanados de fraseos y serpentina guitarrera ("Kingdome come"), y otras donde Verlaine nos regala con sus punteos criminales, marca de la casa, puro disfrute sónico ("Mr. Bingo").
"Yonki time" es bizarra y "Flash lightning" es una luminosa concatenación de melodías para pasar un día feliz. Acelera la marcha Verlaine con "Red leaves" para en "Last night" con el piano como señuelo principal construir un dédalo de ternura abisal.
Para acabar, "Breakin´my heart" velvetiana hasta la médula. buen final de un disco que daría el pistoletazo a una potente carrera. Y es que ese sonido de guitarra es de las cosas que uno no puede pasar por alto.
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