Exquisito. Ese el termino que se me viene a la cabeza siempre que escucho a esta banda de Chicago, que desde 1994, lleva regalándonos discos de esos para levitar entre post rock tranquilo. La banda de Sam Prekop, Archer Prewitt y John McEntire (el jefe de Tortoise), lleva desde 1994 confeccionando pequeños regalos sónicos que nunca aburren que son como pequeñas postales en el filo de la sencillez y la modestia.
Sus canciones siempre son leves, sus trabajos siempre concretos. Como este "The moonlight butterfly". Que desde que suena "Covers" y la sobrecogedora con reminiscencias a The Durruti Column, "Lyric", sabes que has empezado un viaje donde es fácil perderse entre caricias de teclados juguetones, de pequeñas distorsiones siempre refrenadas.
Después de haber realizado malabarismos con "Qui" (2000) y "One bedroom" (2003), y a la espera de hacerme con su ultimo trabajo "Any Day" (2018), es todo un lujo adentrarse en este minilp con joyas que en el caso de la que titula el disco, se acerca a la electrónica analógica, sin rubor ni espanto.
Pero es en las progresiones melódicas donde la banda se eleva con pedazos de temas como "Up on the north shore", o los diez minutos acojonantes de "Inn keeping", donde tienen tiempo de rastrear su vertiente más kraut.
Para terminar, "Monday", tan delicada como una esponja de nube que cae rendida por un sueño necesitado de hacerse realidad. Easy leasing desde un club de susurros y leves abrazos al viento. Con músicos de tal enjundia no es de extrañar que cuando sale cualquier publicación de The Sea and Cake, busquemos esos retazos de calma que ellos irradian, tan necesarios en estos tiempos de tormenta continua.
2 comentarios:
Inn keeping es cautivadora.
Si, de esas canciones que cierras los ojos y tras acabar de sonar, el eco de la melodía sigue colgada de las paredes.
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