Me gustan Nudozurdo. Desde su primer trabajo homónimo les he seguido, y la verdad es que ofrecen señales inequívocas de banda de esas que marcan su propio camino. Tras "Sintética" (2008) que les granjeó muy buenas críticas, nos regalaron este portento de canciones tapizadas con el riego de la insolación.
La voz de Leopoldo Mateos sigue pergeñando rabia y dolor, detritus y desolación. "Prometo hacerte daño" es toda una proclama de fuerza y riffs que se retuercen. Los madrileños saben cruzar estilos, postpunk, noise, indie..., todo con un punto de desengaño, con letras que cuestan seguir, pero con melodías dulcemente tóxicas como la eficaz "No me toqueis".
Y es en "Prueba/error" donde suben el listón, donde disfrutas con sus guitarras gritando, mientras ellos a lo suyo, heridos por la vida detonación, confeccionando ritmos de luces de agravio, pócimas de letanía al por mayor. Vibrante. Todo un hit. Como el noise de "Conocí el amor" con su desgarrador y volcánico espíritu post punk.
El tono cambia en "Mensajes muertos", lírica, con cuerdas que te mecen, luminosa y triste, bella y a la vez misteriosa. Hasta parece otro grupo en una fenomenal mezca de pop y oscuridad.Y les sale bien la jugada cuando con valentía se enfrentan a casi nueve minutos en la hipnótica "Laser love".
A partir de la siguiente canción, "Sueño Demo", el disco se va ralentizando, cogiendo ondas internas de baja tensión y "Dosis modernas", quizás la más floja de este buen disco. Para terminar "El diablo fue bueno conmigo", balada donde aparecen las hermanas de Leopoldo para poner el fin de este potente disco. Luego vendrían "Rojo es peligro" (2016) o el más reciente "Voyeur amateur", pero yo me quedo con la agresividad contenida de este "Tara motor hembra".
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