domingo, 29 de octubre de 2017

DEATH CAB FOR THE CUTIE. "Transatlanticism" (2003)


El cuarto disco de la banda de Benjamin Gibbard no podía empezar mejor. "The New Year", un trallazo de power emotivo, contundente, de esas canciones que puedes oír cien veces sin cansarte ninguna de ellas. Vaya sonido.

Y es que si los anteriores disco de la banda eran buenos, este sin duda fue el mejor de su carrera. Temas redondos ("Lightness"), construyendo un disco que vendió un huevo de copias, que les encumbró como paradigma de indie rock con sentimientos, con singles rodando por calles asfaltadas de esplendor ("Title and registratition").

"Expo 86" es otro torrente de melodías, de suavidad ruda, de guitarras indies que rugen en un entramado de contundencia siempre controlada. Gibbard y sus chicos parece que se divirtieron sin freno cuando escuchas temas como "The sound of setting", o la que titula el disco, con ese piano motivo de inicio de otra gran canción.

Otro impacto brutal, "Death of an interior decorator", peladeando sofismas, cándido power pop que da la voz a "We looked like giants", otra sensacional pegada eléctrica, racimo de bombas de humo que aclara vista, que explota luces.

Mejor disco, sin duda (para otros sera "Plans" (2005), ) de un grupo al que dejamos de tener noticia en 2015 con "Kinsutgi", y que eran de una eficiencia brutal en eso armar buenas melodías.


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