Los conocí cuando el sello Green Ufos puso sus primeros trabajos en conocimiento de los ávidos por sensaciones fuertes. "Quelque part" (2000), (ahora mismo inencontrable), fue un enjambre de ruido incontrolado con el saxo reptando cadencias venenosas en cada canción. Antes, "L'avenir est devant", (1998), les había visto nacer.
Y detrás de Mendelson un pedazo de artista, Pascal Bouaziz, con esa forma de cantar arrastrando volcanes, donde el hastío se encuentra con el dolor, donde te conmueve y te atrapa con frenesí. El doble cd "Personne ne le fera pour nous", posicionó a Mendelson en ese altar indefinible de la música gala con agarre y lujuria (al lado de Michel Cloup,ex-Experience, con nuevo álbum para inicios del próximo año). También puso los cimientos a lo que vendría este año, la obra por la que a Mendelson se le recordará, un triple disco homónimo que también saldrá en Discos Pensados, y donde el exceso compositivo de Pascal le hace compartir obsesiones con Scott Walker.
Mendelson es un formidable compendio de crudeza y lirismo, es un espejo donde se reflejan las oscuridades secretas de cada uno. Ayer me pase la tarde escuchando el primer corte, "Scanner", su lamento inacabable, su radiación sentimental. "Crétin" es una recreación muy particular del universo de los jovenes sónicos, con arreones de electricidad.
No sales indemne cuando escuchas "Personne ne le fera pour nous". La voz de Bouaziz y el colapso al que lleva a su banda, te provoca, te pone alerta, te seduce. La que titula el doble es una velero cargado de grisú de Nick Cave. Puro carnaval. Y cuando se ponen descarnados, trenzando airadas volutas de sentimiento a flor de piel ("Une chambre d'hôtel"), te mecen con sus arrumacos venidos de alientos repletos de estrellas caídas.
Mendelson son una apuesta segura. Los recitados de Pascal son como un mantra que te sumergue en un mar lento, donde los instrumentos cargan sus municiones para esparcir suculentos platos de incomodidad ("Le sens commun"). Me estoy pensando hacerme una camiseta con el estribillo de "J'aime pas les gens", agotadora, nihilista, cruda, infernal.
Saben nadar entre lagos de calma radiante y primigenia ("Sans moi" ) o los once minutos de "1983 (Barbara)" y también se recrean con espectros electrónicos (Micro-couperes") a la vez que nos perforan con ritmicos asaltos a mano armada como "Dans tes rêves" o "Joyeux Nöel Jackie", catarsis sin posibilidad de ventilar corazones.
16 canciones para no perderte en vaguedades, para señalar el camino, disfrutar de los misterios abisales del alma. Mendelson, una apuesta segura. Y si os sentís como yo embriagados con este cd, a prepararse con el ultimo triple que por aqui aterrizará como sombra avasalladora. Sobresaliente.
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