De satisfactoria se puede decir mi primera incursión en la discografía de Perry Blake. Nunca antes me había parado en él, y he de afirmar que si todos sus trabajos son como este "Still life", voy a empezar ya a buscar hueco en mi armario para nuevos huéspedes de la tristeza.
Oyéndole se me viene a la cabeza Nick Drake y sobre todo David Sylvian. Todo "Still life" es una amalgama de tristeza y acidez en los corazones. Desde las primeras estrofas de "Sandriam", hasta la envolvente "No llulabies", no paran de llover terremotos del alma cuando escucho su voz tan particular,su reflexiones sobre la parte débil del alma.
Otra veces, como "If i let you in", música de club para sediciosos de las tónicas del sentimiento. Ritmos suaves y sinceros cortados por un patrón único de obedecer la calma y la desgracia ajena. La orquestación de "Bury me with her (Julia)" es fantástica y sensual, capaz de hacernos olvidar todos los ruidos del mundo.
El irlandés es la leche para tomarse las cosas de la pasión en serio, sin chorradas ni aristas bravas. "Still lives" puede ser tu single de la semana si te apetece ir de tranqui, y "War in France", con la compañía siempre grata de Françoise Hardy te deja con la boca repleta de miel de abeja de tentaciones útiles para llevar bien eso tan complicado que es vivir.
El pianista también hace honor a su destreza con las teclas, para en "Stop breathing" regalarnos una buena ración de literatura de los sentidos agazapados bajo el manto de un tequiero siempre junto, o un hasta luego que he dejado un pétalo prendido en la aguja del tocadiscos duerme el sueño de los justos.
Perry Blake. Lo apunto. Busco más de él. De momento, silencio, se colapsa la muchedumbre, aqui esta el no-ruido.
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