martes, 23 de julio de 2013

MY BLOODY VALENTINE, "Mbv" (2013)


20 años. A merecido la pena la espera. 20 años desde que "Loveless" nos acarició los sentidos con su feedback arrollador, con esas nubes epilécticas de sonidos que mutaban en un espacio donde estaba prohibido tocar tierra firme. Kevin Shields y sus compadres, tras 20 años de ausencia, en este su tercer disco, han vuelto para tocarnos la fibra.

Escucho "Mbv" y es como si no hubiera pasado el tiempo. Me veo hace 20 años urgando en las tiendas de discos, los 90 en su máximo esplendor, grupos como lavas para nuestras orejas jóvenes. Así es este viaje en el tiempo que se llama como ellos. Pura energía para flotar entre ámbar y sueños imposibles de contar.

Desde que empieza "She found now", los irlandeses se meten en mi bolsillo de melancólico marinero de viejos recuerdos. Lirismo, una base de feedback embriagador, las voces suaves que seducen como unos Cocteau Twins chavalines.... Luego "Only tomorrow" y ya la distorsión en la voz que se contonea mientras la melodía salpica las paredes con éter y rubíes.

Y como "Loveless" es el hermano mayor de "Mbv", ¿para que salirse del guión? La familia es lo primero. "Who sees you" es arrebatadora, cálida e impredecible, estado de conciencia de amor interior, mientras las luces te cierran los ojos y te dejas llevar por el pasado tan lejano.

"Is this and yes" es electrónica mínima que deja paso a un torrente de posibilidades emocionales: "If i am". "New you" seguro que entraría en cualquier cinta de cassete de 90, donde grababamos nuestros descubrimiento a los colegas que a su vez te regalaban toneladas de cariño con otro montón de basf o tedekas.

"In another way" es ruido acelelado y lisérgico y "Nothing is" es su continuación con un trote efectivo y suculento para que nos empachemos por tantos años de ausencia. Para terminar, de postre, "Wonder 2", drum 'n' bass para purificar el alma de los bandidos roqueros.

Así que estamos de enhorabuena. 20 años no son nada. Se nos fueron los cabellos, nos hacemos viejos, la existencia nos separa, pero seguro que sí, que en este apeadero llamado My bloody valentine, paramos para tomarnos una copeja y recordar viejos tiempos.....


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