martes, 2 de octubre de 2018

ILEGALES. "Rebelión" (2018)


Recién salido del caldero del averno, de las tripas de Hades, "Rebelión", el último trabajo de Jorge Martinez y sus chicos, ya esta disponible para que nuestras orejas sigan pervirtiéndose con los slogans de Jorge, el mayor artista que tenemos por estos lares.

Ya en junio nos deslumbró con el video de la canción que abre el cd, "Si no luchas te matas", una arenga a la revolución y a la no docilidad, a levantar el grito y a no quedarse parado. Rock con aristas, conciencia de clase de furia y determinación. Jorge, el rey del stick, ha vuelto en plena forma.

Ilegales ya no sorprenden con su propuesta. Ni falta que les hacen. "Mi amigo Omar", pudiera reposar en la misma estantería auditiva que "Odio los pasadobles". Si, han pasado un huevo de años, pero Jorge consigue prendernos una sonrisa y un baile desenfrenado.

Rock. Lo suyo es el Rock y el no acatamiento de las vulgaridades del mercado musical actual. En "No tanta, tonto",  en plan rhythm blues astur, aparecen drogas, excesos, enganches, y esa melodía que tanto nos gusta de Ilegales. Megáfono en mano Jorge continua tras más de 35 años en la autopista del infierno, con la misma mala leche que siempre, con el tridente preparado para confeccionar buenas barbacoas de lameculos, imberbes, archiduques de la fealdad ("Mundo carapijo").

"Rebelión". No ha podido titular mejor el disco el amigo de los tiempos salvajes. "Tatuaje invisible" sigue por la misma senda marcada por su guitarra nigromante, con sus parrafadas insólitas, incautando corazones, agitando la coctelera de la sedición y la buena locura.

En "Horóscopo", aprietan el acelerador contra los vaticinios que orientan la voluntad y en "Suicida", teclados incluidos, se para en el mundo de la decisión fatal. A su manera, claro, siempre a su manera. "Mi copa y yo" es la vida de Jorge en dos minutos de tralla y de épica beat, para seguir con la más cañera del lote, "Andad de día".

Mi favorita, la última, "El bosque sangrante y sombrío". Como antes hicieron en "El corazón es un Animal", "Hacia las profundidades" o "Las rosas trepadoras asesinas",  Jorge nos pone los pelos de punta; lírica estrangulada, suspiros de esos que anticipan el peligro, guiño hacia el ocaso o quizás hasta la victoria definitiva. Ya veremos.

Jorge, nuestro tahur, el guerrero indómito, la huella imborrable de unos años que seguro no volverán. Testigo de tantas cosas, alcahuete pendenciero y justo alabador de una forma de ver el arte tan personal como necesaria. Solo nos queda gritar con el puño en alto  "Rebelión", y sacar de nuestros trasteros nuestras viejas botas, los pinchos que asustan y la esperanza que necesitamos....


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