2017 nos dejó. Y con él, discos que deberían de estar en lo más alto de las listas de lo mejor. Entre ellos, este pedazo de álbum de Ulrika Spacek, banda inglesa que coquetea a partes iguales con el shoegazing y el krautrock.
Y es que sólo basta escuchar "Mimi pretend" para que el cuerpo te pida más, con esas guitarras saturadas, con esa melodía ubicua, con la distorsión trenzando arritmias. Bella y colosal. En "Silvertonic" se enzarzan en un viaje de pop de ensueño, extraño, con aristas, como para crear pesadillas.
Y es que el quinteto todo lo que hace lo hace bien. "Dead museum" suena psicodélica y "Ziggy" es la más kraut del lote, siendo un ejemplo de como asumir influencias sin caer en lo vacuo y en lo reiterativo. Suenan absorventes, intimidadores, como la foto de la portada; cerrar los ojos y tener miedo a abrirlos.
Parece que el fantasma de la Velvet ha tomado forma con "Everything, all the time", y la que titula el lp te deja llevar por ambientes más calmados, infecciosos y emocionales. "Full of men" va para hit y "Saw a habit forming" es un narcótico de esos para tomar en los días torcidos.
Nos quedan las dos ultimas, "Victoria acid" la más extrema del disco y la también kraut "Protestant work slum", dos maneras geniales de terminar uno de los trabajos más interesantes que nos dió el finado 2017.
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