Ahora que Interpol ya no son los que eran, vienen Protomartyr a revitalizar el post punk, a poner las cosas en su sitio. Este, su cuarto disco, el mejor hasta la fecha, nos los muestran más limpios, pero igual de contundentes.
El inicio es brutal. "A private understanding", cinco minutos de continuas bajadas, de arreones eléctricos, con la voz tan sugerente de Joey Casell, elevándonos con su bella monotonía. Sí, Protomartyr han compuesto un discazo de cabo a rabo, con pequeños guiños a The Fall, ("Here is the thing"), llevando las visceralidad de su anterior lp, "The agent intellect", a terrenos oscuramente luminosos.
Los de Detroit se salen en "Relatives in descent". Hay hits aquí y allí, canciones que te pide el cuerpo volver a darle al play una y otra vez. Será la adicción a los bueno, a obras que miren atrás con pasos al frente. "My children" con la guitarra chillando mientras Casell fantasea sobre filosofía y demolición, da paso a "Caitriona" otro single seguro, grupo conjuntado, ritmos post punk para unos tiempos necesitados de artistas que se emancipen de la apatía.
Una de mis favoritas, "The chuckler", es una auténtica maravilla. Himno para los soledosos de músicas antaña que reviven cuando hallan gemas inmarchitas que te hacen vibrar. Cuando la distorsión aparece ya estás corriendo al armario a buscar tus camisetas de Killing Joke o Joy División.
El fichaje de la banda por Domino, no les ha domesticado. Han conseguido convertir el caos intrínseco del grupo en gruñidos desbocados, ("Windsor hum"), o melódicos paseos postpunk que te airean los malos dias ("Don't go to anacita"). Pero lo realmente encomiable de la banda es la creación de canciones que perduran en tu cabeza, que se arremolinan en tu necesidad de toparte con algo explosivo. "Up to tower" empieza con zigzags para convertirse al poco en un remolino de catarsis.
"Male plague" parece una excursión punk de chicos degenerados, y "Copses in Regalia" es un montón de plegarias oscuras para fortalecer tu ánimo. Para acabar la sorpresa, el mejor final. Hacía tiempo que no me encontraba con un tema como "Half sister", con su desafiante inicio, con el bajo y la guitarra dando la cuerda al reloj de la impostura para al poco fabricar cuando llega el minuto 3, un buen rebaño de tragedia melancólica. Me ha dasarmado nada más oirla. Todo esta dicho en este seguro, uno de los discos del año. Aunque algunos le quieran matar el Post punk aun esta vivo. Protomartyr lleva la llama. Bien alta y oscura, bien limpia de obscenas claridades.
1 comentario:
El post punk no ha muerto y esta es la prueba.
Uno de los mejores discos de 2017
Rabia refinada
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