Es toda una buena noticia, que un grupo como The Monochrome Set, que empezó su andadura a finales de los setenta, a día de hoy tenga todavía tanto que dar y ofrecer, a pesar de los años que han transcurrido desde su nacimiento.
Como guardián de la maquinaría del proyecto, su lider, Bid, sigue como cantante y guitarrista, con su encomiable manera de enfocar el britpop, el pop luminoso con aranceles barrocos. Las dos primeras canciones del disco así lo atestiguan, la que titula el cd y "Suddenly, last autumn".
"Squirrel in a hat" suena dulcemente setentera, naif, orfebrería fina con los punteos característicos de Bid llevando el tema donde quiere, suspiros de aire limpio, pop de ese que no tiene edad. Que preciosidad es "Put it on the altar", que ritmos que te contagian, que te hacen silbar golondrinas.
Oyendo temas como "Tigress" o "Stick your hand up if you're louche", te das cuenta de la importancia que tuvo The Monochrome Set para que puedan nacer bandas como The Divine Comedy o Pulp.
Radiante suena "Fêlé" como si el tiempo se hubiera tomado un descanso para volver atrás, a la época donde todo era posible, donde cientos de bandas nacidas de las cenizas del punk, idearon otro tipo de revueltas, matizando sonidos, agitando cocteleras sin fin.
The Monochrome Set escuchados en la actualidad son una bonita insolencia; "Monkey suitcase" es un tentempie mañanero, un trago de vitaminas de britpop que dibuja lirios condensados en vapor. Así es el este disco perfecto, pop pluscuamperfecto, un dulce galimatías a disfrutar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario