Bcore, hogar sobretodo de bandas de alto octanaje, de combos de postpunk, posthardcore y otros menesteres, (Betunizer, Nueva Vulcano, Zeidun, etc,etc), también quiere que otros sonidos se tejan en su maraña de luces y distorsión.
Eh!, es lo más parecido por aquí que se se pueda parecer a Tortoise, o al John Zorn menos bruto. La banda, con dos discos en sus mochila, los interesantes, "36 de 48" (2009) y "La fase del sueño intratable" (2011), construyó este artificio de fuego fatuo instrumental de gozo seguro desde la primera canción, la envolvente "Una porción del cálido sur", hasta su fin con la impactante "Perdóname la vida".
En medio, media hora larga de jazz con requiebros siderales ("Nuestro coto privado de caza"), o abisales sonidos de sombras y misterio ("308c"). Elías Egido, ex-Standstill, es el culpable de este sonido tan auténtico, con cierto toque progresivo, galvánico y bellamente imprudente.
"Sexy pelo" empieza con un arreón de guitarra, para continuar en una minimal sintaxis avasalladora. repleta de laberintos sonoros. Una pasada. Luego viene "Malditos por cobardes", colorista, una fiesta de cine negro, un corriente tórrida que bate palmas.
El disco pasa visto y no visto, todo reluce, la banda se ajusta los machos y suena a festival, a proezas oscuras ("Matemáticas morales"), y a hecatombes rítmicas como la rutilante "Un año entero", con la guitarra llevando con su arpegios la batuta de un gran tema.
Donde más se parecen a Tortoise en "Bombones y vinilos" para casi terminar el cd con "Circuito de violencia", la más ruidosa y extravagante del disco. De momento no hay noticias del grupo, esperamos que Bcore nos regale una pronta noticia suya. Al no haber hallado ningún clip por la red del disco que critico, os dejo una canción de su primer largo "36 de 48". A disfrutar toca.
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