martes, 16 de mayo de 2017

COLD PUMAS. "The hanging valley" (2016)


Otra vez vuelvo con Cold Pumas. No hace mucho que caí abrumado al escuchar "Persistent malaise", y ahora, tras oir "The hanging valley", me reafirmo  en lo que escribí en el artículo. Estamos sin duda ante una de las mejores bandas que ha sabido sacar punta al post punk, uniendo hilos con el kraut, y todo con una vitalidad y energía inautidos en los tiempos de medianias que vivimos.

Cuando llevo escuchando un disco cinco días, y una de sus canciones ("Slippery slopes"), me la he puesto en plan random unas 20 veces, es que la cosa pinta bien. Y es que el tema tiene todo para no dejar de hablar de ellos: electricidad, distorsión, sombras y un punto melódico que te rompe y desgarra.

Cold Pumas juegan en su propia liga. Que el batería sea el cantante, dice mucho de la anomaía de un combo que es todo una máquina de urdir calambres. "Open mouth  of dusk" es otro té frio repleto de veneno y ácido para el corazón. Los oigo y me imagino lo que The Sound pudieran haber hecho ahora, si el bueno de Adrian Borland no hubiera decidido acabar con su vida entre los railes de un tren.

"A change of course" es una concatenación de ritmos lineales que navegan entre oscuridades álgidas y "Severed estates" podría nacer perfectamente a finales de los setenta. También Ian Curtis estaría orgulloso de estos chicos.

Como me gustan Cold Pumas. Hacen de la repetición un slogan a su favor, trinchando cadencias, rompiendo cadenas. En  "A human pattern" se suben por las paredes, trafican con las guitarras, viven del drama y tiran confetis cuando pasean por calles que aunque sea de día siempre estarán cerradas a la claridad. "The slump" es la más desquiciante del disco, retadora, aulladora, colosal.

En "The Shapping  of the dream", nos encontramos con otra de esas joyas decadentes, un verso suelto de electricidad con rosas, cadencias postpunk, alergía primaveral. Simplemente maravillosa. Acaban el cd con "Murmur of the heart", otra plegaria de sentimientos exagerados, un pulso de luz indolora, guitarras y guitarras que se mecen y obsesionan, mantra celestial de post punk indómito y total.

Cold Pumas, sin duda mi grupo favorito de las nuevas hornadas de piratas agitadores. Un coctel necesario su arrogancia inmarchita, su furia desatada, el rumor de otras épocas vienen con el eco de sus canciones boomerang devastador.


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