Este es un disco bonito. Lírico, ambiental, instrumental con voces de infantes surcando bosques donde las hadas se limpian sus alas con la luz del día que empieza a desperezarse mientras el rocío convoca a las huestes de la naturaleza a un confetí de ruidos programados para la evacuación inmediata del ruido del espacio esencial del silencio ("Thinking your for listening").
Este es un lp donde los pajaros se mecen en violines artilleros de susurros, donde las teclas del piano se enredan en absorventes voces de elfos que se tiñen el pelo del dorado color del otoño acechante ("Hide and seek"). Andrew Hodson es el responsable de cepillar el pelo al cielo, de crear historietas épicas en deliciosos platos de alforjas llenas de fruta prohibida ("The Matinee March").
25 músicos participan en esta orquesta tan especial. 25 miembros de un club selecto de ondas musicales que vagan inconformista por el edén primigenio de un ambient lleno de articulo de lujo de sensibilidad ("I'll never be afraid again").
Aquí la naturaleza se pone alegre y sonrie, mientras las luces de la tarde se ponen chales de arbustos crecidos a la sombra de los deseos ("Run for cover (it's going to rain)"). También podemos encontrar piezas barrocas que entre flautas y lobos de juguete te seducen con sus artimañas de vientos que van y vienen mientras la tormenta se agacha.
The Matinee Orchestra, un martini en dique seco, las gaviotas en sol mayor, la luna en tules de arroz, la orquesta seria de una sonrisa....
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