Este japonés de Osaka, en los inicios del año dos mil, despuntó por su atrapante propuesta electrónica, confabulada con clicks y ruidos de pajaros robots armonizando los bosques de purpurina ("One Day"). "Hoshi no koe", fue su segunda larga duración, y sus 11 tracks son todo un emocionante paseo por el lado más imaginativo de la electrónica.
Los casi trece minutos de "Anemoter" son todo un tour de force que nos hace pasear por un idilico lugar donde la repetición de sonidos en una acertada concatenación minimal, no hace otra cosa que atrapar al escuchante. "Honey comb" juega a la deconstrucción y "White sheep and small light" es barroquismo digital elevado al cubo.
"Sing" es una trotona secuencia de organismos tecnologicos que da paso en "A chrysalis" a una miniatura levemente inflamada con pócimas radiantes de energía. "A theme for little animals" consigue confiarse en arreglos clásicos para producir una pequeña opereta de andar por casa.
No tengo ni idea que habrá sido del bueno de Nobuzaku Takemura. Para el recuerdo este buen compendio de razones que abrió paso y arterias en el cuerpo monumental de la electrónica.
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