Gratísima sorpresa me he llevado al oír este tercer disco de esta banda de Madrid, que a su manera nos sabe traer la melancolía de Red House Painters y otros carpinteros del alma, con un buen puñado de pulidas melodías de esas que se quedan, que te impregnan los oídos cuando el paso de las horas de los días necesita una banda sonora para apaciguar el tedio que a veces es cuchilla.
"This is for everything" es como escuchar un eco electrificado y expansivo de Inmaculate Fools, con migas de slowcore recorriendo las mejillas. "Fuck birds", mi favorita, me encandila con su estribillo para volar pulsiones de amor, para ponerte en celo de silencio y gritar dulzura sin fin.
Tienen también algo de post-rock, pliego, fantasmales exclusas donde porque no, tender un cable aéreo de insurrectas guitarras que a veces se abanican con piano ("Baltimore"), y otras como en "Plans", se retuercen en un avispero de feedback que parece que nunca termina.
"Eslovaquia" es lentitud y fragilidad y "Snake at 3.00 A.M" (quizás la más floja del cd) se deja llevar por un intensidad que le falta algo de chispa. No pasa nada. "When the seagulls follows a trawler" es otro chute de Codeine actualizando formas, contagiados por los espasmos de los pintores de la casa roja.
"Moriréis en Camboya" posee todo lo necesario para abrir huecos en tu discografía a nuevos compañeros de Low y demás hordas de sectarios de la tristeza. Buen disco, si señor.
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