Vaya pedazo de debut que se han marcado estos chicos de Queens. Han vuelto a poner en la picota a New York como centro donde se cuecen guitarras que te achicharran por su melosidad, por su olor a Pixies, Sonic Youth, Lou Reed.
Y es que es imposible cuando escuchas "Waving past Nirvana" que no pienses en Black Francis y sus chicos. Cuando eran buenos, eso sí. En la parte más vacilona del repertorio de Pixies, allí Wives se mueven como pez en el agua. No tienen reparo en mirar a los 70 con tonadas como "The 20 teens", para continuar con su homenaje no fingido a los 90 y todo lo que significó aquella época ("Servants").
Me gustan Wives porque vienen con aires frescos. En su coctelera caben hasta los Pavement ("Hit me up"), y hasta suenan casi agresivos en la rutilante "Whatevr". "Even the Dead" coge de los recortes del pasado alguna foto de Girls Againts Boys para barnizarla a su antojo y en "Why is life", siguen ronroneando al albur del gordo Francis. Funciona, funciona el experimento.
"Sould out seatz" es otra gozada que vale como himno y "Workin'", la más larga, es otra odisea de distorsiones siempre controladas. La rabia de "Hideaway" es una jugada perfecta para encarrilar lo que es el final de "So removed" con "The future is a drag" otro dulce percance de ruidos y pop, de rubores juveniles y confetis para acabar la fiesta.
Estaremos pues atentos a Wives. De momento, su primer disco, es todo un placer, un conjunto de canciones que te hacen girar la cabeza hacia el pasado. Elaboradas con mimo y respeto, sin olvidar de donde vienen, pero construyendo su propio camino. Buena banda.
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