Abrir un disco y encontrarte de reprente con fragmentos de Fritz Lang en "Autoignorancia" es una manera atractiva para acercate a este trabajo con nombre de filósofo. Si "Rompecabezas de moda y perfección moral" era bueno, este "Adorno", le supera.
El grupo no se anda por las ramas para definir sus posturas y su rabia; aquí cabe de todo y todo bien hecho, sin costuras. Post punk, indie, guiños a los 80. La banda es una apasinadora que a veces suenan a los Bichos, "Hombre nuevo", y otras, como "Frio", con la voz de Cristina Martinez, con aires de rock brumoso, hacen que Ornamento y Delito tenga mucho que contar con su sugerente y personal propuesta.
La hora que dura el disco no se hace larga. Llenan los huecos de los minutos de letras furibundas y con sarcasmo termitero, como "Bono es Dios", donde ponen letra a los que muchos pensamos de ese santón que lleva tantos años dando el coñazo.
"Por el placer" es un rumor que lo podriamos encontrar en cualquier publicación de la movida, y la punk "Canción de amor" es un nihilista rebaño de minutos que te sacuden y espantan. También tiene cabida "Adorno" himnos como "Maria la autómata", amores de hojalata, latidos de hiel.
Ornamento y Delito, con ese nombre nada puede fallar. Asi que el mensaje de su diáspora musical es un festival de catarsis con puntos tan álgidos como "Escuchas las sirenas". Y si luego van y acaban esta ración de sabia especulación con los 9 minutos de "El futuro",( trallazo casi post rock que sube y baja, columpio de tensión continua que abrasa sin más) pues no queda más que aplaudir el bagaje de un combo que con su siguiente trabajo, "El espíritu objetivo", se escoro más a la electrónica, sin perder de vista sus aguijones de intención.
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