"Rokku mi rokka", dar y recibir, así titula el senegales este álbum que como toda su discografía esta repleta de momentos para el festejo, la alegría, la reflexión, el reggae a su manera, las tribus del sentir sobre el corazón africano.
La canción que titula el disco, "4-4-44" es un homenaje a los 44 años de independencia de Senegal, riffs fuertes y polirítmicos de principio a fin. La segunda, mi preferida, "Pullo Ardo", con una melodía absorvente, donde la compañía de los músicos de la Super Etoile de Dakar se hace notar.
Disco donde la fe sufi de Youssou se vislumbra en cada tema, N'Dour nos exhorta para el baile y la exaltación. "Bàjjan" es una estrella en el desierto, un cuenco de arroz, el calor más abrasador, la fuente que no se seca, el maná de la dicha.
En "Tukki" hablan de la dicha de los viajes como metodo de conocimiento y cultura, y también hace su aparición por aqui Neneh Cherri, en "Wake Up (It's africa calling)" para llenar de sensualidad este plato completo y afable.
Todo "Rokku mi rokka" es una potento y excesivo menú de tonalidades que nos hacen festejar con alegría la enorme creatividad de un músico, que ha sabido exportar de una manera fantástica los sonidos de su tierra. "Xel" y "Dabbaax" son un ejemplo más de esa envolvente agitación que crea a cada instante.
Con esta critica Discos Pensados se va una semanita a la tierra de los dinosaurios. La primera semana de abril volverá a volar jilgueros, a aplaudir caricias, a traer sugerencias, a habla de lo que me sienta bien: música. Que suenen los tambores de Africa para un necesario descanso, que suene y que esparce este olor de fuego por todos los rincones del orbe.
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