Desde que caí rendido a los sonidos 12twelve no había escuchado tanta tormenta junta, tal seísmo de guitarras, de rock progresando post, de luces encandiladas con la electricidad que se retuerce entre telarañas y gusanos del tiempo, de esos que van y vienen a su antojo por los calendarios del espacio sideral.
Este segundo disco de Kermit, esta dedicado a Litoral, revista malagueña creada por esos enormes poetas llamados Emilio Prados y Manuel Altolaguitte, y el sonido del todo el disco es un auténtico tour de force, un mar indomable, una excusa para hacer evolucionar al post rock. "1926", la primera del disco, seduce y acaba con una parrafada dulce, con el deseo de evolucionar para traspasar barreras, domesticar voluntades.
Los malagueños seducen y se fijan un poco en Tortoise y en otros paladines de los evolución instrumental, para fijar sonidos, para tumbar etiquetas. "Samhain", celta para cambiar mundos, es una progresión espacial de luces que no se derrotan, de guitarras que buscan silencios para explosionar.
Se echaba en falta por aqui a grupos valientes como Kermit. Hace años La Muñeca de Sal, los mencionados 12twelve y Lisabo, se conjuraron para competir por transceder el término rock. Kermit ha venido para recuperar esencias, para pulir aristas entre volutas de vientos y racimos de ebriedad."Circumpolares" es un embrión poetico, un soneto que se quiebra entre buhonero feedback, ir más alla de las cumbres del estilo, dejarse llevar por el sueño, caer rendido para quizás no despertar jamás...
La que más me gusta, "We tripantu", celebración del año nuevo mapuche, es una melancólica linea de guitarras enlazadas con gusto y solvencia para dialogar con los instrumentos en una galimatías de serenatas enlazadas para crear climax de maelstrom circulares.
Kermit consigue crear sensaciones, acalorar el ambiente repicando campanas de lucidez. Me gusta esta banda porque no se corta hasta en traernos retazos de ecos de uno de mis escritores favoritos, Roberto Bolaño, en "Ingeborg", nombre de un personaje del entramado novelistico de unos de los autores más impresionantes del siglo XX. Y ellos se estiran hacia el oriente, orfebres de cuerdas electrificadas, jazz de lupas, pestañas de león con arranques voluptuosos. Kermit.
"Magnitizdat" con un potente desvario saxo, te deja sin palabras, y en "1927", fecha del ocaso de la revista Litoral, con sus 11 minutos de danza continua, ponen fin a esta ordalía de rock sin fronteras, hilo y luces, ulceras de amor. Kermit, buen futuro para ellos.
3 comentarios:
Toda esta nueva hornada de Post al estilo Mogwai, God Is An Astronaut o Toundra está revitalizando el Rock y, dicho sea de paso, lo están haciendo a la perfección. Perfecto disco este que nos traes. Por cierto, Carlos, ¿fan de los U2 antiguos? ¿Te gusta el Achtung Baby? Te invito, entonces,l a que te pases por la última entrada de mi espacio. Un abrazo, compañero.
http://www.ourgodsaredead.blogspot.com.es/2015/03/achtung-baby-o-como-renacer-de-las.html
Lo estuve escuchando un par de veces y me gustó. Necesito oirlo más. Tiene cosas que me gustan mucho. Me gusta eso que dices de que acaloran el ambiente repicando campanas de lucidez. Un abrazo, Carlos.
Una de las bandas con más presente-futuro que tenemos por aquí
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