viernes, 14 de febrero de 2014

FRANK BLACK. "Honeycomb" (2005)


Ahora que tenemos de nuevo junto a nosotros a Pixies, ahora que la magia de los duendes ha vuelto con unos directos apabullantes y unas canciones que a mi modo de ver, les faltan el punch de antaño, es hora de recordar uno de los discos de Black Francis, como Frank Black, en su carrera en solitario, como outsider buhonero de otros sonidos lejanos de la banda madre.

"Honeycomb"  fue el disco que siguió a "The Cult of Ray", y el bueno de Francis, se nos marchó a Nashville donde se rodeó de músicos como Spooner Oldham o David Hood (ex-Traffic), y se puso su gorro vaquero, su camisa bordada con rosas envenenadas para componer unas buena colección de tracks donde el pop, el country y el folk se mesan sus cabellos con florituras cargadas de emoción.

Todo "Honeycomb" es un alegato a favor de la tradición, de las viejas formas, de los añejos maestros. "Selkie bride" se te pega a los talones, el cowboy regordete se trinca un buen torrente de pop melodioso y suave. "I burn today" es country de pueblos corrompidos por la calma.

En todo el disco puedes rastrear huellas de Dylan, Waits o Young. Apuntes desde el subsuelo del buen arte. Efectivo y radiante. "Lone Child" es folk sincopado y "Another velvet nightmare" es un vals renqueante de club de carretera.

Así que las guitarras de los duendes han desaparecido. La fuerza eléctrica de Pixies, Francis la ha convertido en tejer textura clásicas. Frank se sale con la versión de Dan Penn, "Dark end of the street", soul para rimar corazones solidificados en amor.

Y hasta aparece por aqui su ex-mujer, Jeannet Wright, en "Stgrange goddbye", al galope en una country song rimbonbante y punzante. "Honeycomb" pues es otra manera de gozar de este símbolo de la independencia de los 90, que ha seguido a su manera y sin los duendes, ofreciéndonos destellos de buen rollo.

Esperemos pues un trabajo en condiciones de Pixies para paliar la morriña de esos años tan recordados. Mientras, me enchufo "My life is in storage" y me dejo llevar. Un punto.


No hay comentarios: