En mi memoria todavia habita el recuerdo de los 90, cuando en un garito del foro, en plena ebullición del grunge, unos tipos melenudos nos dejaron sordos con sus rock mazacote, primo del os Stooges, riffs intensos, sudor hasta en los cubatas, Seatlle al poder.
El tiempo ha pasado, y la banda de Stever Turner y Mark Arm, tras una buena cantidad de cds que debes de tener en tu colección ("Touch me, I'm sick", "Since we've become traslucent" por citar algunos), nos regaló este "Under a billion suns", donde lo que más me alucina es la inclusión de vientos en temas como "Where in the future".
Ya no te dejan sin respiración como antaño, pero continuan siendo deliciosamente pérfidos. Y eso que "It is us" tiene toda la fuerza necesaria para recordarnos la barbarie de cuando los tipos eran más jóvenes. Pero me quedo con temas como "I saw the light", donde juegan a fabricar coros enredados en blues descodificado.
Y que me dices de ese tonillo casi pop de "Endless yesterday" o de "Hard on for war" donde el espectro del grunge gruñe en el sarcofago del nunca jamás. Y es que de aquella lenaja época ni Pearl Jam, ni Alice in Chains, ni los primeros Nirvana me llegaron a deslumbrar tanto como los Mudhoney, ajenos al ruido del éxito, lo suyo era venerar a Iggy Pop, y les importaba un rábano quien escalaba más puestos en las listas indies del momento.
"Let's drop in", con más viento, es mi favorita. Reptante, viciosa, soulpunk o bourbon destilado con mala baba. Total, los Mudhoney siempre serán los Mudhoney pese a quien le pese. Grandes, roqueros, cargados de feedback, swing del asfalto, motores siempre en marcha.
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