Joan y Aleix, Aleix y Joan. Ellos se lo guisan y se lo comen, para grabar uno de los discos de guitarras y melodías más vibrantes que se han editado por aquí en años. Diez temas en apenas media hora que no puedes dejar de escuchar una y otra vez. Sus discos posteriores no alcanzaron la intensidad, la fiereza, la sensibilidad de un disco de esos que sienta cátedra desde una sencillez que apabulla ("Abril").
Mucha culpa de este sonido tan brutal se debe a Eric Fuentes, que sabe conjugar a la perfección los matices de guerrilla sonora como de lirismo avasallador como ese portentoso hit llamado "Isabella Cantó", que te fulmina y te atrapa.
"La estrella de Ballet" es otra de las gemas que atesora este disco homónimo que te deja boquiabierto desde la primera escucha. La piel de gallina, henchida de emoción cuando le das al play y suena como un volcán sentimental, "Tus cosas". Una brutalidad hermosa, bella, maravillosa.
"Puertas traseras" es otra agitada persecución de guitarras inflamadas con coros de esos que te engullen y te atrapan. Como "Febrero" y ese punk melódico que te quita años de un sopapo acariciador. Llevo toda la semana escuchando este disco y el festín que se llevan tus sentidos es de los que dejan huella ("Estoy enamorado de ti").
"Espejímero" y "Hoy es un gran día" son otros de los aciertos en un trabajo del cual no puedes despegarte así como así. Una fábula, un tobogán de espasmos que acaba con la portentosa "Rossija". Discazo, sin duda de un grupo que nos hizo pasar con este trabajo grandes momentos de un monumental placer.
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