Mucha culpa de la pegada de Tv Priest la tiene su cantante, Charlie Drinkwater, quien hace de su presencia y sobre todo de su voz, un arma punzante donde se arraiga un post punk militante, que desde que se inicia el disco con "One easy thing", se ve que lo suyo va en serio.
Porque el que fuera el segundo disco del grupo inglés esta lleno de desaforadas composiciones que te invitan a la fiesta interna ("Bury me in my shoes"), desasosiego al por mayor con temazos que invitan a reflexiones profundas y que se convierten en singles instantáneos del sentir ("Limehouse cut").
"It was beautiful" es grandiosa por su enormidad épica, como la que titula el disco, con esa amplia gama de paletas sonora que es todo un disfrute. "The breakers" es distorsión envalentonada que da paso a "Unravelling", otro de los puntales de un soberbio trabajo plagado de buenas canciones.
"It was a gift" y "I am safe here", al final, se erigen como lo mejor de un trabajo que hace revivir a muerto, que nos congratula a todos los jóvenes y viejos seguidores del post punk, con sus continuos alardes de creación visceral.
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