jueves, 20 de junio de 2024

DISCO INFERNO. "D.I. Pop" (1994)


Fueron uno de mis grupos preferidos dentro de esa primera andanada de grupos de post rock, que en los 90 salieron a mansalva (Moonshake, Laika, Seefel, Labradford....). Liderados por Ian Crause, su propuesta no tiene parangón en aquella época, con esas pinceladas de post punk que aperecen en "In sharky water" pero siempre dentro de un verdadero enjambre sónico de esos que te llama la atención y consigue reptar en tus sentidos. 

Pioneros en el uso del sampler digital junto a instrumentos de rock habituales, sus composiciones son una amalgama de caos y proeza estilística ("New clothes for the new world"), de ruidos que van y vienen y que tienen el punto fuerte en quizás el tema más famoso de su discografía, "Starbound , all bunt out and nowhere to go", donde parece que una ejercito de duendes burlones están en una discoteca disparando zarpazos brutos. 

Las composiciones de Disco Inferno, nunca fueron de fácil asimilación, son como una corriente disparada de viento que penetra en tus oídos y los hace implosionar ("A crash at every speed"). Juegan y se divierten creando mapas donde es fácil perderse, con melodías raras que crean confusión, como un antipop sumergido en ácido ("Even the sea sides against us"). 

"Next year" con ese bajo amenazante, es otra de las joyas de este "D.I. Pop", álbum desgarrado, que ha pasado la prueba de los años vencidos con una juventud total, con su amplia gama de tonalidades que despiertan al oyente una cantidad desorbitada de sensaciones. 

Para rematar la jugada, "Footsprints in the snow", una delicadeza para tranquilizarnos el alma después de tanta tormenta de rayos y truenos, después de toneladas de expresiones para volar desgarramiento. Necesaria en estos tiempos, la escucha de esta gran banda. 


martes, 18 de junio de 2024

SURF CURSE. "Heaven surrounds you" (2019)




Nick Rattigan y Jacob Rubeck, el duo culpable de Surf Curse, sacaron este brillante "Heaven surrounds you", para querer reafirmar, que desde los parámetros de aceptación de un público bastante joven, también se pueden construir un buen muestrario de canciones que se pueden defender con ahínco. 

En este su tercer largo, casi parecen una banda de New Zelanda, con el sonido característicos de ese gran sello que es Flying Nun. Los dos primeros tracks del disco, "Maps to the stars" y "Labyrinth" son una buena muestra de lo que comento. 

Melodías que te acunan y que se convierten en fiebre pasajera ("River's edge" con ese toque a Pavement), guitarras traviesas que parecen evocar himnos efímeros("Hour of the wolf"), o la medianamente acelerada "Dead ringers" y todo ese poderío meloso que te cubre los malos días con un buen rollo que mola. 

"Safe" es una lisonja de casi pop, y "Opera" es un torbellino de emociones al por mayor para darnos el gusto de silenciar las alarmas que nos incendian con los pesares que pueblan nuestra cabeza. "Jamie", la última bala de ese certero disco, no hace más que confirmar los buenos que son en lo suyo. Indie prudente pero hábilmente ejecutado. 



domingo, 16 de junio de 2024

MDOU MOCTAR. "Funeral for justice" (2024)

 


Una bestialidad. Nunca habían sonado tan rápido, tan eléctricos, como ahora. Y esos que sus trabajos anteriores eran un compendio de blues del desierto con ritmos que te cortaban la respiración. Pero si escuchas la canción que titula el cd, te das de bruces con una fogosidad que apabulla, con un sonido de esos que espanta y cruje. 

El músico de Níger en este "Funeral for justice", sigue con sus guerrilla particular a favor del pueblo tuareg, y sintetiza en esta obra toda una colección de sonoridades que reptan entre minimales y opresivas agitaciones guitarreras ("Imouhar") y reflexiones algo más tranquilas pero igual de envolventes ("Takoba"). 

Producidos por el bajista Mikey Coltun (ex-John Zorn), que también colabora como músico, el grupo ha dado otro paso firme para quitarnos de encima la supremacía de la música de occidente, para abrir ventanas y puertas y dejarnos llevar por el tumulto ("Sousome tamacheq"). 

"Tchinta" es arrebatadora, como si los fantasmas del desierto salieron a pasear nerviosos entre calores que vuelven locos, espasmos que te excitan y que te llevan a "Oh France" la más rabiosa y brutal. Un disco de esos que te levanta el ánimo, un grito de rebelión.                               


viernes, 14 de junio de 2024

ANABEL LEE. "Drift" (2023)




Segundo disco de este trio de Bruselas, segunda sacudida de indie rock de los 90 con el aporte vocal de Audrey Marot, que es quizás cuando acabas de escuchar el disco, la parte más floja, porque a nivel de instrumentación, son todo un frenesí eléctrico ("Dinosaur" y "Kiss & ride" son una buena muestra de ello). 

Y digo lo de la cantante porque hay ocasiones tras la escucha de "Drift", que parecen una mezcla de Primitives y The Wedding Present, y esa mezcla, a veces funciona ("By the sea") y otras no tanto ("Terrain vague"). 

Coges el disco con muchas ganas, con esos arreones que te seducen a la primera escucha, como "Around", pero quizás por lo que comento al principio, su cantante, su excesiva edulcorada voz pop, no consigue llegar a estadios de emoción considerable ("247" y "Comedy"). 

En resumen, buena base musical para empezar, que se ve sobrepasada con un guion que no consigue levantar vuelo, que te deja un poco en tierra de nadie. 
 


miércoles, 12 de junio de 2024

STEREOLAB. "Transient random-noise bursts with announcements" (1993)


El disco noise de Stereolab. El que tiene más arranques de distorsión, más guitarras saturadas. Un delicia vamos. Escuchas "Our trinitone blast", y parece una versión arty de la Velvet, con la voz siempre de Laetitia Sadier como ángel embaucador. 

Antes, en el inicio, ya habían dejado el señuelo para seguir, con "Tone burst", cabalgando entre electricidad y electrónica rabiando espejos rotos. Pero en la tormenta, siempre hay sitio para islotes de calma, como nos muestran en "Pack yr romantic mind", una de las mejores canciones de su carrera, barroca hasta en los huecos de un pop que se debate entre breves distensiones mareantes.

Cuando quieren, pueden sonar casi kraut, como vemos en esa maravilla llamada "I'm going out of my way", siempre con esta patina de glamour total que Laetitia consigue dar a las canciones. También hay burradas casi experimentales como "Golden ball", donde se dejan llevar por una marabunta de psicodelia a prueba de calmas.

Tras tanto aturdimiento sónico, viene "Pause" como un paréntesis necesario que sirve para prepararnos  los casi 20 minutos de la desorbitante "Jenny Ondioline" puro cacharreo donde se muestran más incisivos que nunca y donde la guitarra de Tim Lane es como un avispón guerrero. Que gozada!!!

"Analogue rock" es una punzada de veneno entre órganos y melodía minimal, y el final de este trayecto con "Lock-groove lullaby", no viene más que a confirmar la grandeza de un grupo que como un cohete empezó su carrera, y en su firmamento particular, dejaron un reguero de sonidos de esos que siempre tendremos muy presentes.





 

lunes, 10 de junio de 2024

JOEY RAMONE. "Don't worry about me" (2002)

 Como molaban los Ramones, y como mola este disco póstumo que salió unos meses después del fallecimiento del cantante de uno de los grupos mas divertidos que ha dado el punk. Y comenzar el álbum con la versión del clásico "What a wonderful world", ayuda a que se te dibuje una sonrisa nada más empezar el disco. 

Surf punk ensoñador y vacilón, ("Stop thinking about it"), o la roquera casi mod "Mr.Punchy", cualquiera cosa que tocara el señor Ramone, atinaba a la primeras de cambio, siempre bajo el recuerdo de Ramones como eje desde donde parten los dardos de un buen recuerdo musical para festejos varios. 

"Maria Bartiromo" tiene un inicio que recuerda a los Pistols y "Spirit in my house" posee el mismo espíritu infatigable de roquero a medio gas. Hay momentos en los que nos lo encontramos en plan piloto automático, como "Venting (it's a different wolrd today", y "Like a drug i never did before" , pero se lo perdonamos porque nos sigue haciendo gracia. 

Al final la canción que titula el disco sirve de despedida a la carrera de uno de los músicos culpables de que la diversión y el buen rollo esté garantizada tras su escucha. 


jueves, 6 de junio de 2024

SPOONFED HYBRID. "Spoonfed hybrid" (1993)

 


A veces ocurre. Y cuando pasa te puedes volver casi loco escuchando y escuchando un disco. Y eso me ha pasado cuando me he topado con esta artesanía sonora del grupo del que fuera cantante de Pale Saints, Ian Masters. No se muy bien como explicarlo. De esas veces que puedes estar escuchando el mismo disco hasta diez veces al cabo de día porque algo te obliga a este acto que parece infinito. 

Con tan solo el inicio del lp, "Heaven's knot", y ese juego de guitarras con una melodía que impacta, basta para que los prestes atención. Pero es cuando llega la segunda gema de este superlativo disco, "Naturally occurring anchors", con ese arranque de guitarra distorsionada, y con la posterior inclusión de toda la banda en un juego de crisol de impacto inmediato, cuando te das cuenta de la enorme capacidad de conmoción que poseían Spoonfed Hybrid. 

No bajan del 9 cada canción en una hipotética nota de fin de curso.  Te paras en el lírica de "Tiny planes" y te sumerges de inmediato en un riachuelo de nenúfares de piano, resistiendo la acción del paso del tiempo, colección de minutos que te alegran el corazón. "Stolen clothes" es suave y especial, un conjunto de latidos agrupados alrededor de la voz del que fuera cantante de unas de las mejores bandas de shoegazig de los 90. Aquí no hay esas burbujas de feedback que caracterizan a uno de los géneros que más adoro. Aquí hay voluntad de dream pop, con trajes de fin de semana de art pop ("1936"). 

"Somehow some other life" con ese inicio de teclados que claman cielos, con esa delicadeza que viene de algún sitio donde los sueños se alían con la belleza más ignota, es otra fuente de goce, de placer para que el como yo, cae rendido antes un conjunto de canciones del tamaño de una catarata del querer. 

El aire decadente y ligero de "Boys in zinc" te deja un murmullo en tus oídos que reciben como una caracola con capítulos especiales de sonajero este grato oleaje que parece infinito. Así de gozoso este viaje, que sinceramente me ha dejado ampliamente conmovido. Por cosas así es por lo que la música sigue siendo ese gel encantador contra todo tipo de enfermedades del alma. 






martes, 4 de junio de 2024

THE MARS VOLTA. "The Bedlam in Goliath" (2008)

 



Este es un disco maldito. Su génesis es como de una película de terror, su escucha es una extenuación, algo para lo que hay que estar preparado. Un pequero resumen:  Omar compre una Quija en Jerusalem para regalar a su colega Cedric. Estaban de gira con los Red Hot Chili Peppers. Después de cada actuación, usaron la Quija y despertaron a un ente, Goliath, que una vez establecida la conexión, les pedía que hicieran todo tipo de excesos, hasta llegar a la posesión, avisando el demonio que si no les obedecían iba a maldecirlos.  En este punto, casi devastados los músicos, Omar rompió el tablero y lo enterró.

Después de esto, sucedieron todo tipo de percances a los músicos, tardando casi 5 meses en grabarlo, borrándose la pistas de grabación, etc. Reconozco que me ha costado escucharlo, que no puedo hacerlo de seguido, que hay algo que me pone nervioso. 

Omar jamás habla del álbum. Parece que lo tiene desterrado, por todo lo que se puede percibir en sus canciones que son como letanías del mal. Y es que cuando me lo pongo hay veces que se me bloquea el ordenador, o una fuerza que no puedo definir me pide que le deje. Que pare. Y no es coña. 

Y eso que el disco es soberbio, bestial, con temas como "Aberinkula" y su fuerza brutal, o "IIyena" y su desbocado ritmo funk negro que se convierte en pesadilla cuando acaba. Pero hay algo. Sin forma, que repta y amenaza, que parece describir todo lo que vivieron los músicos. 

Los 7 minutos de "Goliath" es toda una experiencia, con sus guitarras cargadas, un cuchillo desbocado en el caos, la sensación de peligro que lo llena todo, el asfixie que todo lo puede. Voy a parar, luego vuelvo......

Aquí estoy. Me he dado un par de horas para retomar este reto y me doy de cruces con "Tourniquet man" y sigue la misa negra. Después "Cavalettes" y sus casi diez minutos de disgresiones progresivas en un mar de azufre y voces de ultratumba. "Agadez" es la que más miedo me da. Voy a pasar de puntilla por el resto del disco, de verdad que no puedo. Omar y Cedric, os adoro, pero este disco esta cargado por el demonio.....



domingo, 2 de junio de 2024

UNSPKBLE. "Reconstruction" (2023)

 


Me estoy imaginando la cara que pondría el bueno de Jaz Coleman de Killing Joke si escuchase el disco de estos galos de Montpellier. Porque la verdad más mimetismo imposible. Sobre todo en las estructuras vocales, ("All stories told" y "Global emergency" con un calco del sonido de los Killing). 

La cosa funciona porque a los que seguimos el post punk, siempre que nos entra por los oídos bandas que de alguna manera recuperen a estos grupos que en los 80 nos marcaron  a todos. Himnos de esos que rozan la épica militante, "The path" junto a disparos de oscuridad a mansalva como ese aullido llamado "Grief", conforman un disco que si bien nada descubre, si que deja buen sabor de boca. 

"Sacrifice" es otra de esas joyas decadentes, donde se percibe con mayor intensidad aun, la influencia que ha tenido Coleman en el cantante de esta banda francesa. Temas hijos de los 80, como "Expectacions" se cruzan de brazo en garitos donde la noche siempre es perpetua amalgama de colores que atrapan voluntades. 

Así son Unspkble. Irresistibles en su combate para traernos esos sonidos que tanto disfrutamos tantos años atrás. Recomendables.