Cada disco que sacan es mejor que el anterior. Y es que por ellos no pasa los años. Bueno si, para bien. Más madurez, más maneras de modular ese slowcore que en "Hey what" se viste en la canción que da el inicio a todo esto, "White horses", en una lija con sonidos que raspan sin parar para mecer las voces de Mimi Parker y Alan Sparhawk.
Si "Double Negative", (2018) era bueno, "Hey What" es mejor, más visceral, más crudo, confeccionado con material inflamable, electrónica que da voz a nanas de distorsión como ese misil a tu corazón llamado "I can wait".
Porque "Hey what" quizás sea el disco más arriesgado en la provechosa carrera de Low, donde lo industrial se une a las bambalinas vocales ("All night"), donde los salmos a pie del altar hacen que los cristales se llenen de mariposas que sedientas de flor se acercan para oír estos himnos que te hacen palidecer, gozar, subliminar el aire y la carne que nos posee.
"Disappearing" es minimal y corrosiva y "Hey" con ese inicio ruidoso que da paso a otro tema de esos que piden la voz para tus dramas internos. Los Low más clásicos los encontramos en ese bombazo llamado "Days like theses", donde la alegría rebosa en cada segundo de canción, donde los silencios se convierten en besos.
Vuelven las radiografías tecnológicas en esa mutada total llamada "Don't walk away" para adentrarnos en la esquizoide "More". El final lo pone "The price you pay (it must be wearing off), puro arsénico para la vida rápida. La escucha de "Hey what" requiere recogimiento, a mansalva aplausos de parpados, a veces una copa de vino, y otras la compañía de la soledad como meretriz de tus sueños. Que hermosura la voz de Mimi, que placer saber que siempre se podrá recurrir a ellos....
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