Desde 2012 no sabiamos nada de la banda de Peter Hammill, cuando sacaron el instrumental "Alt"."Do not disturb", nos muestra a una banda que puede tener la cabeza bien alta. El rock progresivo tiene significado cuando les escuchas, (como cuando te pierdes en el laberinto de los actuales King Crimsom).
Y en estas fechas que corren, es una pasada disfrutar de la lírica increbile de "Aloft", con la voz de Hammill,barítino de espacios donde los instrumentos se explayan en laberintos de busqueda colosal. Acompañado por Hugh Banton y Guy Evans, el grupo que sacó su primer disco el año que yo nací, 1969, confecciona un mapa de emociones de siempre con sonidos que te llenan de luz.
Melodiosos en "Alfa berlin", repicando sobre la cabeza, entre los teclados que se someten a la garganta de Hammill. Oyes "Forever falling" y vives un auténtica vuelta a la época de las canciones largas, erizadas entre cromatismo de misterio y alforjas de luz cegadora.
Si, Hammill lo ha conseguido. Ese inicio guitarrero de "(Oh no I must have said) yes", con su elegancia de otros tiempos, como un dandy del virtuosismo que no lo para el avance del tiempo. Hammill y Fripp, mantienen la apuesta, se sienten felices siendo como dos dinosaurios que se han sabido adaptar al devenir de las circunstancias.
"Brought to book" también se fabrica del mismo material incorruptible del ayer, hormigón armado donde la esquisitez cohabita con el esplendor que no se pasa, que no se agota. Discazo a disfrutar por lo que tiene de actual con sensaciones que parecían ya finiquitadas.
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