La marcha de Tyondai Braxton, a mitad del proceso de grabación de "Gloss drop", no impidió que este segundo disco de Battles, fuese una maravillosa continuación a "Mirrored". Y basta sólo con pararse en la canción que inicio el cd, "Africastle", para comprobar que su rock matemático, marcial, polirítmico continuaba en su radiante evolución.
En esta ocasión Battles contaron como apoyo vocal (gritos, ruidos, expresiones malsanas, estridencias de gargantas) con músicos de Boredems ("Sundome" es una bestialidad de principio a fin), la cantante de Blonde Redhead (alocada "Sweet & shag"), Gary Numan (la estrella indie de los 80 se sale en "My machines") y las especulaciones electrónicas del chileno Matias Aguayo, que en "Ice cream", ayuda para que el sonido de Battles suene a un auténtico frenpático, como un aborto de Animal Collective.
No sería descabezado decir que Battles es una de las propuestas que más se ha acercado a los cánones establecidos en su día por Tortoise, como podemos comprobar cuando nos enfrentamos a "Futura" y sus devaneaos instrumentales, soriasis guitarrera, pasión duende por el desenfreno y los atribulados zigzags para esparcirnos en vahos siderales.
"Inchworm" es un loop que se extravía en tus pies, una cadencia que rebosa veneno, catarsis quebradero de cabeza, laguna de aturdimiento. En "Wall street", con la dislocada batería de Stanier, arremeten a toda velocidad con desenfreno y detonación.
Todo un muestrario de buena salud, de inquina compositiva que hará las delicias de los amantes de las travesuras,del mathrock con colores psicodélicos, alforjas de salud robótica, álgebras de ritmos descarriados para gozar sin parar.
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