En el año 2006, en la prestigiosa ceremonia de los premios César, la banda sonora de este documental que narra las peripecias de ese pinguino con nombre real, recibió el premio al mejor disco de película del año.
Bien merecido. Y si alguien aun no la ha visto, desde estas paginas pensadas, os recomiendo que no os la perdais. Nos hace a los humanos pequeños, el egotismo de "raza superior" lo tiramos a la basura cuando nos emocionamos con las aventuras de estos pequeños animales que tanto nos tienen que enseñar.
La francesa Emilie Simon fue la elegida para dar voz a los sin voz. Está vez Emilie eligió el inglés para tocarnos la fibra, y la verdad es que desde que suena "The frozen world", con ecos de Bjork, no dejamos de sentir el viento gélido de los polos, los icebergs como barcazas a la deriva chocándose la mano con el mar que suba y baja en un suspiro tremendo.
En "Antartic" solo se basta de sus murmullos para contagiarnos de lava helada. La electrónica es el utensilio que usa Emilie para conspirar con nosotros para la contemplación de la paz de unos paisajes que te dejan sin sentido, de la música de la naturaleza que recorre cada metraje del film.
"The egg" es lirismo tecnológico y "Baby penguins" sirve para imaginarte a los infantes pinguinos jugando con peces de colores invisibles, revoloteando tras sus padres. "Songs of the storm" es pop electrónico, casi ochentero, ritmico, bien construido, envolvente y total.
Así que no te pierdas para tus emociones más profundas "La marche de l'empereur". Notarás murmullo de los grados bajo cero, congelarás tus entrañas, vivirás en un continente de zorros blancos y osos cazadores. El emperador de señalará el camino. Con él tocarás el violín ("To the dancers on the ice"), y sentirás que nosotros, los humanos, sólo somos unas pequeñas partículas en el universo de la creación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario