Vuelve a este caserón de búsquedas constantes que se llama Discos Pensados, Bob Mould. Tras el petardazo de su ultimo disco, "Beauty & Ruin", tenía ganas de más marcha, de escuchar de nuevo su voz, sus guitarras soberbias, su forma de reinterpretar el rock de los 90 a su manera, como creador de ismos, como un genial compositor de buenas y vibrantes canciones.
"District line" empieza con un himno, con un pedazo de hit, "Stupid now", pura dinamita que empieza lenta y acaba en un terremoto melódico, recuperación de Sugar, caramelo envenenado, dulce calcamonía de vientos de hierro. "Who needs to dream?" es pura energía. recuperación del indie noventero, para acabar en tus cascos, para llenarte de esporas cuando explotas en energía de alcohol.
También le gusta a Bob coger la acústica y atusarnos el corazón con melaza lenta, comedero de lujo para adentrarnos en este bosque donde caben hasta experimentos con la electrónica como "Old higs, new lows", donde el ex-Husker Du se reinventa una vez más. Y van...
"Return to dust" es una tormenta que no llega; se anuncian los rayos, se vislumbra la lluvia,y aparecen las guitarras siempre en su punto, comedidas y lujuriosas, pero sin pasarse. Y oyendo "The silence between us" te das cuenta que Bob Mould siempre será uno de los mejores constructores de fábricas de ruido y melodía, con acné pop, con mala leche punk, siempre personal lo suyo.
En "Shelter me" se tira por el tecno y en "Very Important" nos regala un pedazo de canción para tararear mientras expulsamos tristeza. Bob Mould, garantía segura para el oyente, vuelve pues a Discos Pensados porque lo suyo no tiene mácula, porque su expresión es la de la fuerza que da los años pegado a un mastil, pionero y sonoro ejecutor de nuestros recuerdos.
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