domingo, 29 de junio de 2014

RIDE. "Nowhere" (1990)


El shoegazing no empezó con el descomunal "Loveless" de los increíbles My Bloody Valentine. Uno año antes de la conmoción que supuso el disco de los sangrientos enamorados, Ride, con este "Nowhere", puso las base, los cimientos, a los sonidos saturados, a la melodía galvánica, a torres eléctricas de pop estrangulado.

"Nowhere", menudo discazo. De esos que marcan época. Una seña de identidad de unos tiempos donde toda la ebullición musical era sinónimo de buena sorpresa para nuestros oídos anhelantes de tormentas para el corazón.

El grupo liderado por Mark Gardener y Andy Bell, elaboró (desde el inicio con "Seagull" y sus coros pop contaminados por un éxtasis guitarrero), la piedra filosofal del shoegazing, estilo que con My Bloody Valentine conocería el Olimpo por méritos propios. Pero es que si me dan a elegir, no se con cual quedarme. Me pongo "Kaleidoscope" y suena tan british y a la vez tan nuevo, tan fulgurante, que se te quedan los oídos como perforados por unas ondas que bogan por la vertiente más frenética de la catarsis.

La lírica casi The Cure de "In a differente place" te deja sin sentido, y la brutal "Polar bear" me la pondría en un random eterno para sacarme de la cabeza esta jaqueca por encontrar nuevos retos musicales en esta actualidad tan marchita.

"Dreams burns down" es una canción para un 10.Vaya inicio, vaya forma de elaborar un mapa de nostalgia, una isla donde tender la ropa al viento para sufrir los avatares de la dicha, la conmoción de la alegría eterna. De esos temas que nunca te cansas. Se acaba y vuelta al play, play,play, play.... hasta que los dedos se enmomían, hasta que el corazón naufraga en una cadencia rota de salud interior. Se ponen a clavarnos las guitarras en las arterias y nos dejan petrificados. Arreando y que vivan los muros de sonido sin dosificar.

El principio de "Decay" con su batería trotando es una caballo galopando que sabe que la carrera le matará pero que la idea de la liberación no le deja más remedio que seguir y seguir. Los 90, de nuevo los 90. Siempre vuelven para explayarme a gusto en esta playa para noctámbulos de ayer. "Paralysed" es una ortiga entre tus manos. La melodía crece y crece mientras la perorata de la tristeza dibuja en el cielo salmos beatificos de gozosa dicha.

Para la historia, "Vapour trail". La encontrarás en recopilatorios de brit pop. Yo la pongo en la cabecera de las músicas para arañar vísceras. Su tranquilidad mentirosa, el sedoso esfuerzo de Mark para confabularse con el oyente en una bacanal de ruido amable.

Ruido que en "Taste" se convierte en himno, en una deliciosa batidora de sensibilidad corrosiva. Placer para ponerte a tono, surcos en el vinilo que se puebla de flores y de unas palabras de melancolía.

Ride, ellos fueron los padres del Shoegazing. Luego vendrian potentes discos como "Going blanck again" (1992) o "Carnival of light" (1994), pero este "Nowhere", militará hasta el final de los tiempos en uno de los mejores discos de la música independiente mundial.


No hay comentarios: